jueves, 28 de diciembre de 2023

Respuesta a Ricardo Pachón. Datada 28 de Diciembre de 2023.

Reciclo este blog de poesía adolescente altamente hormonal (ruego encarecidamente que nadie lea nada más de lo que aquí yace) para comentar sobre esta entrada de blog de mi amigo Ricardo Pachón. Aclaro que mi último escrito se pasó del límite de caracteres de la sección de comentarios del blog y que, en lugar de valerme de la técnica de artificiosa división como es de rigor en otros ciberparajes, he optado por la publicación de esta suerte de apéndice descasado - al menos hasta que la anteriomente mencionada limitación se corrija. Me disculpo de antemano por el parasitismo, tanto de ideas como de tráfico virtual, y ahí va mi comentario:

"Leer, por lo pronto, es una actividad posterior a la de escribir: más resignada, más civil, más intelectual." escribe Borges en el prólogo a la primera edición de Historia Universal de la Infamia. Pudiera ser que la parálisis del escritor no fuera más que la recaída del mismo en esa "resignación civil"; una vuelta a la (probablemente sensata) adopción de la actitud de que no queda nada realmente nuevo que plasmar por escrito en lenguaje natural. A modo de microdescanso de esta resignación, y explicitando el diálogo asíncrono de su lectura, añado la siguiente anotación a un blogpost que no me pertenece.

Se me viene a la mente una época en Tuenti (esa red social antediluviana de la España de los 2000) donde participé en varias "batallas de gallos" por escrito. Eran hilos de comentarios donde yo y otros usuarios "rapeábamos", premiándose la rapidez de respuesta y por supuesto la ocurrencia original (dentro de que el ingenio estuviera siempre al servicio de insultar a la madre del otro y otras obscenidades de esta índole). Por desgracia, allá por el 2012, la red social pivotó hacia la provisión de servicios de telefonía móvil y estos escritos se perdieron. Conservarlos habría permitido un fascinante ejercicio de autoarqueología como el que describe Ricardo en su entrada de blog, ya que se trata de una forma de escritura donde aficcionados reciben feedback personalizado y con muy poco retardo. Ésta y otras razones respaldan mi fe en que ya va siendo hora de revisitar seriamente esta tendencia, aunque idóneamente prescindiendo de las constricciones estilísticas que la limitaban al uso exclusivo de los códigos del Battle Rap. Por otro lado, quizás haya que conservar algo de la competitividad inherente de este formato que tanto potenciaba la lucidez (remítase el lector a la saga Quevedo/Góngora).

Por concluir, es probable que buena parte de esta práctica ya se encuentre en los hilos de Twitter (por muy "artificiosamente divididas" que queden aquellas ideas que no puedan plasmarse en 140 caracteres) y que yo esté aquí pecando de reinventar la rueda con el principal fin de justificar una redirección parasítica de la atención de un blog a otro… culpa mía por atreverme a escribir. Vuelta a la resignación civil (y repito, por favor no lean el resto de entradas).